Recuerdos de Serie Mundial: 1960
Este texto lo escribí hace un año para una columna de El Universal. La versión publicada fue editada por razones de espacio, pero aquí se las dejo completa...espero la disfruten...
En el año de 1960, los Yankees de New York tenían que demostrarle al mundo que seguían siendo la dinastía más dominante que había conocido el deporte. Luego de una impresionante seguidilla de cinco Series Mundiales entre 1949 y 1953, y de un total de 8 en los 12 años anteriores, el equipo del Bronx había resbalado hasta el punto de caer al tercer lugar de la Liga Americana en 1959, terminando la campaña con marca de 79-75, su peor registro en 35 temporadas
Pero la década de los 60s arrancó con buen pie, con unos Mulos que se titularon campeones del joven circuito con 97 victorias, a 8 juegos de ventaja sobre los Orioles de Baltimore. El equipo estaba liderado por el legendario Mickey Mantle, quien había sonado 40 vuelacercas en la temporada regular, y su compañero en los jardines, Roger Maris, quien fuera nombrado el Jugador Más Valioso luego de haber conectado 39 jonrones y empujado 125 carreras. El pitcheo contaba con Whitey Ford, Art Ditmar y Ralph Terry en la rotación, y con Bobby Shantz como el taponero. La alineación Yankee contaba con 7 miembros del equipo de Todos Estrellas de esa temporada. Y por si esto fuera poco, el mánager no era otro que el legendario Profesor, Casey Stengel, quien había guiado a la divisa en sus momentos más gloriosos.
Por la Liga Nacional llegaron los Piratas de Pittsburgh, un equipo venido a más, que no jugaba una Serie Mundial desde 1927 -- justamente contra los Yankees, que en aquel momento contaban con Babe Ruth y Lou Gehrig. Los Bucaneros habían cerrado la campaña con marca de 95-59, a 7 juegos de los Bravos de Milwaukee. Entre sus filas destacaba el inmortal Roberto Clemente, quien a sus 25 años había bateado para .314. Bill Mazeroski, el otro pelotero estrella del equipo no era conocido por su bate, sino más bien por su talentoso guante en la segunda base
A todas luces, los Yankees eran los claros favoritos: los bates, la experiencia en post-temporada y la mística de ser el equipo más veces coronado de todos los tiempos, los colocaban por encima de los Piratas ante los ojos de la mayoría de los expertos y fanáticos. Pero esto no logró hacer que los jugadores de Pittsburgh se sintieran intimidados.
Cuando la Serie arrancó en Pittsburgh el 5 de octubre, los de la Nacional sorprendieron a todo el mundo robándole el partido a los poderosos Yankees, con marcador de 6-4, incluyendo cuadrangulares de Maris y el receptor Elston Howard por los Mulos, y de Mazeroski por los Piratas. Al día siguiente, las cosas volvieron a ser "normales", con Nueva York apaleando a los Piratas con pizarra de 16 a 3, respaldados en dos vuelacercas de Mantle
La Serie se mudó para el Bronx el 8 de octubre, y vió como el equipo local dispuso nuevamente de los visitantes de una manera sencilla y dolorosa. Los Yankees ganaron por 10 a 0, nuevamente gracias a un cuadrangular de Mantle y otro de Bobby Richardson
Faltando dos juegos más en el Yankee Stadium, y con los Neoyorquinos comandando la Serie 2 juegos a 1, el mundo entero estaba convencido de que todo terminaría antes de regresar a Pittsburgh. Todos, excepto los Piratas, quienes lograron ganar los dos encuentros restantes, para poner la Serie 3 a 2 a su favor antes de regresar a casa.
De vuelta en Pittsburgh, los Yankees volvieron a propinar una paliza a sus contrarios, esta vez con marcador de 12 a 0, con 17 imparables, la cuarta vez en la Serie que los Mulos conectaron más de diez hits en un mismo encuentro.
El escenario estaba listo para una final no apta para cardíacos. El séptimo juego de la Serie Mundial del 1960 se jugó el 13 de octubre en el Forbes Field. Los Piratas tomaron una rápida ventaja, anotando cuatro carreras en los dos primeros episodios, solamente para ver como los Yankees los emparejaban y tomaban la delantera en el sexto inning.
La octava entrada comenzó con dos nueva anotaciones de los Yankees, para poner la pizarra 7 a 4 a su favor. Todo parecía perdido para los de Pittsburgh, conectando tres sencillos consecutivos para anotar una carrera. Luego de dos outs, Clemente conectó otro sencillo que remolcó una carrera más, para acercar el marcador 7 a 6. Inmediatamente después, Hal Smith, el receptor de los Bucaneros, conectó un enorme vuelacercas que impulsó dos anotaciones más, dándole la ventaja a los Piratas por 8 a 7. Lo impensable estaba por ocurrir. Los Yankees de Nueva York, favoritos de todos, estaban a punto de ser derrotados por los Piratas de Pittsburgh.
En la parte alta de la novena, Richardson abrió con un sencillo, seguido por otro del emergente Dale Long (curiosamente, un ex-Pirata). Roger Maris recibió al relevista Harvey Haddix con un fly de foul para el primer out del inning. Luego apareció Mickey Mantle, el mejor bateador de Nueva York, y conectó un sencillo que impulsó a Richardson y dejó hombres en primera y tercera. Con el juego empatado a 8, Yogi Berra fue puesto out con una rola a la inicial, pero logró impulsar otra rayita más, para colocar el marcador 9 a 8 a favor de su equipo. Moose Skowron fue el último bateador de la entrada
Si antes habían dudas de que serían los Yankees quienes se coronarían Campeones Mundiales, esta ventaja en la parte baja de la novena debería ser suficiente para asegurar el triunfo. Ralph Terry estaba en la lomita y la parte baja de la alineación contraria venía a batear. Mazeroski, quien había bateado para .273 en la campaña regular, pero que había respondido efectivamente durante la Serie Mundial, sería el primer bateador del inning. Al segundo lanzamiento de Terry, el camarero conectó una línea que fue a parar en las gradas del jardín izquierdo y que daría fin de la manera más dramática posible a la Serie Mundial. Mazeroski corrió las bases agitando sus brazos y dando saltos de alegría, mientras decenas de fanáticos saltaron al campo de juego
No solamente fue la primera vez que un Campeonato Mundial era decidido con un jonrón en el noveno inning del séptimo juego, sino que este fue conectado por un pelotero que apenas conectó 138 vuelacercas en 17 temporadas. Los Yankees anotaron más del doble de carreras en la Serie Mundial que los victoriosos Piratas, 56 a 27, y sin embargo no lograron titularse campeones
Esta Serie Mundial pasará a la historia como una de las más dramáticas de todos los tiempos, y como la única en la que el Jugador Más Valioso, Bobby Richardson, jugó para el equipo perdedor
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